Señor Jesús, estamos en buenas manos, tus manos.
Pero somos tan contradictorios, tan medianos, tan asustadizos
que nos perdemos lo mejor de los dinamismos de la vida.
¡Que escuchemos tu gran bondad,
que tu fidelidad nos ayude a la calidad de nuestra fe!
Señor Jesús, nos acompañas día a día.
Pero estamos tan enredados
con nuestras manías y nuestras banderías
que nos perdemos lo mejor de los dinamismos de la Iglesia.
¡Que escuchemos tu llamada a la libertad,
que tu fidelidad nos impulse a sembrar la vida que nos das!
Señor Jesús, nos alientas a dar testimonio de los caminos que conducen hacia el Padre.
Pero tantas y tantas veces nos interesan más las murmuraciones y los carrerismos
que nos perdemos los mejor de autenticidad de las personas con las que nos encontramos.
¡Que escuchemos tu llamada a lo esencial del corazón,
que tu fidelidad nos haga más audaces para cuidar la cuidar la cultura en la que estamos implantados!
Señor Jesús, nos enseñas día a día a vivir la vida según el corazón del Padre.
Pero nos creemos tan de los buenos, tan de los que saben de qué va esto, tan de los “auténticos”
que nos perdemos la potencia de la fuerza del Espíritu que todo lo renueva y lo mejora.
¡Que escuchemos tu llamada a la aventura de darnos misericordiosamente a los demás,
que tu fidelidad nos recuerde una y otra vez que la humildad es un síntoma del Reino!
Señor Jesús, algunos, hombres y mujeres,
de los más inspirados y fuertes en el Espíritu,
son testigos cotidianos de la vida y de la justicia del Evangelio,
son pioneros de nuevos paradigmas,
son exploradores de nuevos modelos de seres humanos
y nuevos maneras de ser creyente
a la altura de los tiempos que nos tocan vivir.
Señor Jesús, algunos, hombres y mujeres,
están llenos de dones variados y abundantes
y son líderes en su día a día
de los cielos nuevos y de la tierra nueva.
Señor Jesús, algunos, hombres y mujeres,
son muy libres,
son hombres y mujeres de fuerte fe,
son seres humanos de alta calidad vital y espiritual
que alegran la vida por donde pasan…
Señor Jesús, te pedimos por ellos.
Te pedimos por su santidad.
Te pedimos por su ejemplaridad.
Te pedimos por su perseverancia
en estos tiempos extraños y absurdos que padecemos.
Te pedimos que nos inspiren con sabiduría humana y cristiana.
Te pedimos que nos iluminen con intuiciones fascinantes
que nos para cuidar la humanidad en la que vivimos.
Te pedimos que nos lideren inteligentemente
haciéndonos ver tantas y tantas capacidades que tenemos,
tantos y tantos retos que podemos y debemos afrontar,
tantas y tantas novedades gozosas y alegres
que estamos llamados a crear y compartir.
Señor, nos ponemos en tus manos.
Señor, ábrenos el entendimiento de tu voluntad.
Señor, cuídanos
y lánzanos
más lejos,
más humanos,
más santos.