En este tiempo especial de gracias que es la Cuaresma debemos aprovechar al máximo para hacer una renovación espiritual en nuestra vida. El Apóstol San Pablo insistía: «En nombre de Cristo os rogamos: ¡reconciliaos con Dios!» (2 Cor 5, 20); «os exhortamos a que no recibáis la gracia de Dios en vano. Pues él dice: Yo te oí en el tiempo favorable y te ayudé en el día de la salvación (Is 49,8). Ahora es el tiempo favorable, ahora es el día de la salvación.» (2 Cor 6, 1-2).
Una práctica muy saludable que la Iglesia nos recomienda durante la Cuaresma, una vez por semana, es hacer el ejercicio del Via Crucis, en la iglesia, recordando y meditando la Pasión de Cristo y todo su sufrimiento para salvarnos. Esto aumenta en nosotros el amor a Jesús y a los otros. Estos cuarenta días, deben ser un tiempo fuerte de meditación, oración, ayuno, limosna («remedios contra el pecado»). Es tiempo para meditar profundamente la Biblia, especialmente los Evangelios a través meditación de las estaciones del via crucis.
Les animamos a que participen y acompañemos a Jesús por las calles de este barrio donde viven, trabajan y luchan tantos hermanos nuestros.