Señor Jesús, quisiéramos ser constructores de tu reino.
Que hablemos bien de los demás.
Que reaccionemos con creatividad e inteligencia ante la negatividad.
Que colaboremos con el bien que nos encontremos.
Que seamos síntoma de la vida nueva que ya ha empezado.
Señor Jesús, quisiéramos ser sembradores de tu vida.
Que tengamos pureza de mirada.
Que seamos persistentes en la alegría que nace de la confianza.
Que cuidemos la armonía en todos los ámbitos de nuestra vida.
Que seamos un indicio de tu reino que ya ha comenzado.
Señor Jesús, quisiéramos ser hombres y mujeres para los demás.
Que nuestro propósito en la vida sea la santidad y a justicia.
Que la amabilidad sea una constante en nuestras presencias entre los demás.
Que seamos personas que están abiertas y escuchan al que tengamos delante.
Que hablemos como un signo de eficaz de tu presencia en el mundo.
Señor Jesús, quisiéramos ser personas que generan paz y serenidad habitualmente.
Que mostremos gratitud constantemente.
Que nos mostremos humildes en el éxito y el fracaso.
Que mostremos desapego real frente a tanta y tanta avidez en el tener, en el aparentar.
Que seamos una expresión de lo mejor de la humanidad.
Señor, no dejes que el mundo nos endurezca.
Señor, no dejes que el dolor nos haga odiar.
Señor, no dejes que la amargura nos robe la dulzura.
Señor, que a pesar de los pesares
nos comportemos como hijas e hijos de Dios
porque creemos que este mundo es un lugar hermoso.
Amén.
Aleluya.