…el camino de Dios…
Cristo Jesús, luz de los pueblos.
Ilumina en profundidad
las mentes y los corazones
de los gobernantes de las naciones
para que descubran
los caminos de paz y de fraternidad
allí donde más se necesita,
allí donde hay sufrimiento evitable,
allí donde los más frágiles tienen miedo
… ese miedo de siglos,
maligno,
del que tanto saben
los más débiles y maltratados de la historia.
Cristo Jesús, luz de los pueblos.
Alimenta el deseo de paz de la humanidad
con tu presencia que irradia
santidad y justicia,
esa santidad y justicia
que lleva a la paz de Dios
que es la paz que habita
en el corazón de los mejores
de los seres humanos,
esos que viven día a día
irradiando fraternidad
con sus palabras,
con sus gestos,
con si mera presencia…
Cristo Jesús, luz de los pueblos.
Danos coraje para ser y actuar día a día
como artesanos de tu Reino,
un Reino de vida,
un Reino de cuidados de toda vida,
un Reino en el que todos
los seres humanos desearíamos vivir
porque se garantiza la dignidad de todos
y se potencia lo mejor de cada persona
en una comunión que sana
todas las heridas del mundo.
Cristo Jesús, luz de los pueblos.
Danos paz.
Danos tu paz.
Haznos instrumentos de tu paz
porque deseamos dar a la humanidad
lo que se merece,
una paz que surge de la santidad y de la justicia…
Señor Jesús, luz de los pueblos.
Haznos sembradores de paz
porque deseamos dar a los gobernantes lo que se merecen,
el estímulo y la profecía de paz y justicia que la humanidad se merece…
Señor Jesús, luz de los pueblos.
Haznos sembradores de paz
porque deseamos darte, Señor Jesús,
los frutos de tantos y tantos dones
que nos has dado y que nos das…
dones que se han convertido
en la tarea de nuestra vida:
humanizar cada vez más la humanidad.