… pueblo que produzca sus frutos.
Señor Jesús,
maestro de vida,
maestro de humanidad,
maestro de santidad.
Sé que tus dones se convierten
en nuestra tarea,
en nuestro empeño,
en nuestros frutos.
Nuestra tarea es amar a los demás
para que el mundo crea.
Nuestra tarea es ser compasivos
para que el mundo crezca.
Nuestra tarea es perdonar
para que el mundo tenga libertad.
Nuestra tarea es cuidar la dignidad humana
para ofrecer al mundo signos de esperanza.
Nuestra tarea es buscar la verdad
para que el mundo tenga luz.
Nuestra tarea es ser humildes
para que el mundo sea fraternal.
Nuestra tarea es cuidar toda vida
para que refulja tu grandeza.
Nuestra tarea es poner énfasis en la empatía
para que el mundo encuentre confianza y serenidad.
Nuestra tarea es sembrar gratitud
para que el mundo sonría.
Nuestra tarea es practicar la justicia
para que el mundo encuentre evidencias de consuelo.
Nuestra tarea es buscar la equidad
para cuidar la unidad.
Nuestra tarea es vivir con integridad
para mostrar que otro mundo es posible.
Nuestra tarea es forjar relaciones saludables
para que el mundo confíe en el corazón humano.
Nuestra tarea es ofrecer caminos de santidad
para que el mundo se salve.
Nuestra tarea es mostrar la importancia de la responsabilidad
para que el mundo encuentre motivos para el compromiso.
Nuestra tarea es dialogar con todos los seres humanos de buena voluntad
para crecer todos justos en el camino de la espiritualidad.
Nuestra tarea es contribuir a la belleza de la vida
para que encontremos síntomas de la belleza de la santidad.
Nuestra tarea es orar incesantemente
para que el silencio transforme los corazones.
Nuestra tarea es explorar los caminos de la sabiduría
para que el mundo comprenda
que nos queda mucho camino
para llegar a la plenitud.
Señor Jesús,
maestro de vida,
maestro de humanidad,
maestro de santidad,
ilumina nuestras mentes,
nuestras voluntades,
nuestras presencias
en estos tiempos extraños
que nos tocan vivir.