Humildad de la semilla de mostaza
Señor quisiera ser más humilde, más sencillo, más pobre de corazón…
¡Señor, tú eres el protagonista de la salvación!
Señor, que sea más humilde: que deje que las cosas pasen…
tantas y tantas veces mi ego se entromete donde no le llaman.
¡Señor, tú cuidas de nosotros mejor que nosotros mismos!
Señor, que sea más humilde: que acepte las intuiciones de comunión con los demás y con todo lo viviente…
tantas y tantas veces me creo mejor y por encima de lo que tengo delante.
¡Señor, sólo tú eres santo!
Señor, que sea más humilde: que actúe desde lo mejor de mi corazón…
tantas y tantas veces me pueden mis sesgos, mis heridas, mis negatividades.
¡Señor, sólo tú tienes miradas de vida eterna!
Señor, que sea más humilde: que esté presente a lo mejor de la realidad en cada momento…
tantas y tantas veces me vence la avidez y el egocentrismo.
¡Señor, sólo tú mereces la pena de verdad…!
Señor, que sea más humilde: que sea consciente de mis tendencias a la conflictividad…
tantas y tantas veces deseo imponerme como sea sobre los demás.
¡Señor, sólo tú eres la paz sobre toda paz!
Señor, que sea más humilde: tantas y tantas veces juzgo, interpreto, doy por supuesto…
Señor, que sea más humilde: que llegue a amar sin la expectativa de que algo retorne.
Señor, que sea más humilde: que sea un instrumento de tu reino.
Señor, que sea más humilde:
que supere mis enfados,
que supere mis miedos irracionales,
que supere mis deseos de control.
Señor, que sea más humilde:
que me ría mucho más de mí mismo,
que me tome mucho menos en serio a mí mismo y mis ocurrencias,
que no me crea todo lo que pienso como si fuera un genio incomprendido.
Señor, que sea más humilde:
que pida disculpas primero,
que no guarde recuerdo de los rasguños de la vida,
que me abra cada vez más al misterio de la vida,
que me abra cada vez más al misterio del ser humano,
que me abra cada vez más a tu misterio de vida y amor.
Amén.
Aleluya.