¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
somos como huérfanos,
perdidos en medio de ruinas.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
vivimos egocentrados,
creyéndonos muy importantes.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
nos dominan las ciegas energías
de la materia,
de la vida,
de la sociedad,
de la cultura.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
vivimos ávidos,
sedientos,
sin paz.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
nos resignamos
a que nos defina
la sinrazón,
lo absurdo,
lo trágico
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
somos poco más que biología
que malvive, asustada,
en la lucha del más fuerte.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
sólo irradiamos
nuestras mediocridades,
nuestros vacíos,
nuestra triste hoguera de las vanidades.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
somos ecos de palabras viejas dogmáticas
insignificantes,
mágicas,
que buscan sólo su mantenimiento.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
creemos muchas tonterías,
hacemos muchas tonterías,
proponemos muchas tonterías.
¡Ven Espíritu Divino!
Sin ti, Espíritu,
somos mundo,
somos luchas de poder,
somos grotescos personajes
de extrañas conductas.
¡Ven Espíritu Divino!
Ven, multiplica nuestra capacidad de compasión.
Ven, fomenta lo mejor de nuestros corazones.
Ven, haznos más auténticamente humanos.
¡Ven Espíritu Divino!
Santifícanos.
Cristifícanos.
Santifícanos.