TE BUSCO, SEÑOR.
en mis soledades,
en mis silencios,
en mis abatimientos.
Entre tanto ruido,
entre tanta discordia,
entre tanta división,
te busco, Señor.
Te busco, Señor,
en los requiebros de mi biografía,
en los destellos de compasión que descubro,
en la unción del silencio de los templos que visito.
Entre tanta mala fe,
entre tanta manipulación,
entre tanta sensación de vacío,
te busco, Señor.
Te busco, Señor,
en las brisas de mis paseos por el parque,
en las intuiciones de bondad que atisbo,
en la paz queme dan los que me quieren.
Entre tanta distorsión,
entre tanto aislamiento,
entre tanto desamparo,
te busco, Señor.
Te busco, Señor,
en los esfuerzos por la paz,
en esos versículos fascinantes de los salmos,
en el agua que regenera la vida.
Entre tanto sufrimiento evitable,
entre tanto nerviosismo,
entre tanto ruido,
te busco, Señor.
Te busco, Señor,
como si no te hubiera atisbado nunca,
como si me jugara la vida en ello,
como si la confianza fuera la fuente de mi energía.
Señor, que encuentre símbolos vivos que me acerquen a ti,
Señor, que encuentre situaciones que me acerquen a ti,
Señor, personas que me acerquen a ti.