El pasado mes de diciembre se puso en marcha la campaña de Navidad que todos los años realiza el Colegio Claret para colaborar con alguna institución que destinara sus recursos a las personas más necesitadas. La labor que realiza Cáritas Diocesana fue lo que les llevó a contactar con la institución.
Dada la situación sanitaria y la crisis social que esta ha provocado, quisieron desde un principio hacerse cercanos a las familias que peor lo estaban pasando. Con esta intención, iniciaron desde la pastoral del colegio, una llamada a través de su alumnado a realizar un gesto de solidaridad que hiciera más llevadero estos momentos tan complicados por los que atraviesan miles de personas.
Así, repartieron un díptico por alumno que mostraba a Jesús recién nacido y en el que se podía leer la cita “…lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre porque no había sitio para ellos en la posada”. Con este versículo animaban a no cerrar las puertas y daban la posibilidad de hacerse cercano con los que sufren colaborando con los gastos rutinarios de una casa, pudiendo elegir personalmente, de forma simbólica, aquellos en los que quería prestar su ayuda: en medicamentos, gastos de la vivienda (alquiler, la hipoteca, la luz o el agua), ropa o alimentación.
Cada alumno propuso a su familia participar de forma activa con la propuesta y el resultado no ha podido ser mejor.
Entre todos han conseguido donar a Cáritas Diocesana un total de 10.000 euros. Una cantidad que irá destinada a cubrir las necesidades de las distintas demandas que recibimos a diario y que permite adaptarse a la realidad de cada persona.
Desde Cáritas Diocesana agradecemos este gran gesto de solidaridad, fruto de pequeños gestos que consiguen, finalmente, hacer de este mundo un sitio mejor.
Ante la inquietud manifestada por algunos feligreses por el posible desamparo de ciertas personas a las que vemos dormir o pedir diariamente en las calles de nuestro barrio Cáritas informa de lo siguiente:
Mediante el llamado Proyecto Lázaro, Cáritas atiende a las personas sin hogar de nuestro entorno, ofreciéndoles alternativas a esta indigna forma de vida. Pero para poder ayudarlas es imprescindible contar con la cooperación de dichas personas y esto no siempre es posible. Bien por tener sus facultades mentales alteradas, por padecer alguna adicción, o por simple voluntad, muchos rechazan las ayudas disponibles.
También a las personas que viven de la mendicidad en nuestras calles, se les ofrece orientación y ayuda aunque a veces afirmen lo contrario. Cáritas hace en cada caso un discernimiento y presta la ayuda que más se ajusta a cada situación personal.
La atención a los más pobres es una tarea de todos, pero para que esta ayuda sea lo más equilibrada posible os sugerimos que se les recuerde a ellos el recurso de Cáritas, y si deciden prestar directamente una ayuda económica conjuguen el discernimiento con la compasión.