Queridos hermanos,
¡Feliz Pascua a todos!
Queremos hoy en primer lugar, daros las gracias por la estupenda respuesta de todos al Rastrillo que en marzo se organizó en el atrio de la parroquia.
Hoy, domingo de la alegría por excelencia, Jesús abre la losa de nuestro sufrimiento y de nuestra muerte. Nos mueve a renunciar a nuestra mezquindad y a nuestro egoísmo; y nos invita a unir nuestras vidas a las de los buenos samaritanos y hospederos que ofrecen ayuda a las personas tiradas en los bordes de los caminos. Reflejémoslo con generosidad en esta colecta.