Categoría: Oraciones sobre las lecturas del domingo

ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 21. 27.08.2023

Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?


El abierto a la vida.
El buscado.
El centrado en la fuente.


El creativo.
El de los caminos de santidad.
El de los mil caminos para evocar lo sagrado que hay en cada uno de los seres humanos.


El de los silencios llenos de santidad.
El exigente lleno de misericordia.
El fascinante.


El focalizado en el cuidado de la vida.
El gratuito.
El increado que se encuentra con nosotros.


El lleno de conmiseración
El misterioso crisol de lo mejor de la humanidad.
El que abre corazones.


El que ayuda a someter el ego a la santa esencia de la vida.
El que busca amar y ser amado.
El que con nosotros arrostra nuestros miedos.


El que conecta con nuestras creatividades.
El que cuida la vida.
El que cumple su palabra.


El que entra en resonancia con lo mejor del ser humano.
El que es constante referencia en nuestro deambular por la vida.
El que es más fuerte que cualquier negatividad de cualquier nivel de la realidad humana.


El que es permanente posibilidad de iluminación.
El que es uno con el momento que vivimos.
El que facilita entender lo que de verdad amamos.


El que genera comunión con todo su ser.
El que habita la energía de la realidad.
El que hace de lo sombrío camino del encuentro con Dios.


El que ilumina las sombras.
El que irradia santidad y justicia.
El que libera de represiones.


El que llena los silenciamientos.
El que mejora lo que mira.
El que no falla.


El que no tiene estrategia.
El que nos alza de nuestras circunstancias, sean las que sean.
El que nos convoca al vaciamiento para el necesario nuevo nacimiento.


El que nos dice que no tengamos miedo.
El que nos espera más allá de cualquier crisis.
El que nos facilita de verdad la vida.


El que nos felicita definitivamente la vida.
El que nos impulsa a la fraternidad universal.
El que nos lanza a cuidar toda vida.


El que nos llena de confianza.
El que nos mejora.
El que nos ofrece fraternidad universal.


El que nos ofrece mirarle a él nos pase lo que nos pase.
El que nos pone en crisis sin juzgarnos.
El que nos seduce para la comunión.


El que nos vertebra constantemente.
El que nunca ceja de esperarnos.
El que ofrece autenticidad.


El que orienta los corazones perdidos.
El que purifica las sombras.
El que quiere nuevos locos en este mundo.


El que quita escombros de las biografías.
El que regala esperanza.
El que respira con nuestros deseos más esenciales.


El que rompe nuestras contradicciones tan demasiado humanas.
El que santifica lo que toca.
El que se desprende infinitamente.


El que se entrega sin amargura.
El que siempre nos asegura que lo mejor está por venir.
El que supera a los ingratos.


El que transforma al amado.
El que une corazones.
El que va más allá de buena conciencia religiosa.


El secreto de la humanidad plena.

La densidad inaudita de la santidad en la historia de los hombres.

La luz que nos dice que lo terrible no tiene la última palabra.

Lo totalmente otro, precisamente aquí con nosotros.

El misterio del santo amor.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 20. 20.08.2023

¡Qué grande es tu fe!


Señor Jesús, no sé cómo es mi fe.
No quiero autoengañarme:
muchas veces siento que es
como un arbusto en medio de un secarral kilométrico.

Deambulo, a través de los años,
buscándome la vida como puedo.
Como tantos y tantos
en esta sociedad y en esta cultura
en crisis sistémica.
¿Cómo saber cómo es de verdad mi fe?

Sobrevivo en ciudades hostiles.
Llenas de ruidos y desamparos.
Llenas de tantas clases de miseria.
¿Cómo saber de verdad la textura de mi fe?

Camino entre palabras descorazonadoras,
irritantes,
resentidas.
¿Cómo saber la consistencia de mi fe?

Voy errante entre soledades,
escombros de esperanzas
y una tristeza basal
que rezuma en rostros,
cuerpos,
miradas.
¿Cómo saber lo que me aporta la fe?

Respiro entre fracasos,
desolaciones,
desarraigos
entre tantas y tantas quimeras
de plástico,
propaganda
y falsedades.
¿Cómo saber la calidad de mi fe?

¿Dónde gentes con voluntad de verdad?
¿Dónde gentes con voluntad de bien?
¿Dónde gentes con voluntad de fraternidad?

Señor Jesús, no sé cómo es mi fe.

Las preguntas me acosan.
La sed de autenticidad de quita la paz.
El deseo de sentido no me deja dormir.

Señor Jesús, no sé cómo es mi fe.

Deambulo entre discursos de odio…
impunes,
tóxicos,
inhumanos…
discursos de odio emitidos
incluso por quien se dice creyente,
incluso por clérigos renombrados,
incluso revestidos predicando en una iglesia.

¿Dónde su voluntad de santidad?
¿Dónde su voluntad de justicia?
¿Dónde su voluntad de comunión?

Señor Jesús, no sé cómo es mi fe.

Intento bajar hasta lo más profundo de mi…
y reconocerme allí
ante ti.

Paso días en retiro.
Paso días de desierto.
Paso días en recogimiento.

Y hoy solamente puedo decirte,
Señor Jesús,
que no sé cómo es mi fe.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 19. 13.08.2023

Señor Jesús, nos preguntas que por qué dudamos.

Señor Jesús, nos preguntas que por qué dudamos.

Somos demasiado humanos… nuestros miedos, tan hondos, nos pesan día a día.

¿Quién nos enseña a confiar en nosotros y en la realidad?

¿Cuándo tendremos paz y serenidad que duren y nos sosieguen?

Señor, arráiganos en la fe, arráiganos en ti, Hijo de Dios.

Señor Jesús, nos preguntas que por qué dudamos.

Nuestros cuerpos envejecen inexorablemente… nos que da poco para el examen final pero no sabemos la fecha … y nos asusta el contenido.

¿Quién nos enseña a confiar en la sabiduría que habita en la entraña de la vida?

¿Cuándo tendremos la certeza de que hemos entrado en el camino de la vida nueva y vida en abundancia?

Señor, arráiganos en el confianza, arráiganos en ti, Hijo de Dios.

Señor Jesús, nos preguntas que por qué dudamos.

Nuestros instintos siguen siendo lo que son, fuentes de energías que parecieran ir por libre, desasosegando nuestro cotidiano convivir.

¿Quién nos enseña a reconocer la bondad de todo lo que existe?

¿Cuándo tendremos una mirada contemplativa sobre las energías que nos impelen?

Señor, arráiganos en la paz, arráiganos en ti, Hijo de Dios.

Nuestras emociones nos dominan mucho más de lo que quisiéramos… nos sentimos como corchos en medio de un puerto caótico.

¿Quién nos enseña a nombrar las inmensas posibilidades que emergen de nuestro interior?

¿Cuándo tendremos una mirada compasiva sobre nuestros impulsos internos?

Señor, arráiganos en la calma, arráiganos en ti, Hijo de Dios.

Señor Jesús, nos preguntas que por qué dudamos.

Nuestras dispersiones siguen fragmentándonos… más y más, día a día… propaganda, pantallas, parloteos banales, cotilleos zafios…

¿Quién nos enseña a saber disfrutar del silencio exterior e interior?

¿Cuándo tendremos unificación de vida en medio del normal caos cotidiano que vivimos?

Señor, arráiganos en la comunión, en la unidad, en lo esencial… arráiganos en ti, Hijo de Dios.

Señor Jesús, nos preguntas que por qué dudamos.

Nuestra avidez nos devora, nos domina, nos esclaviza.

¿Quién nos enseña a vivir con austeridad y templanza?

¿Cuándo tendremos un corazón pobre en un estilo de vida sencillo?

Señor, arráiganos en la mansedumbre,

en la ecuanimidad,

en la armonía…

arráiganos en ti,

Hijo de Dios.

¡Señor Jesús, que nuestro corazón se recoja en el tuyo!

¡Señor Jesús, que nuestro corazón se autentifique en el tuyo!

¡Señor Jesús, que nuestro corazón sane en el tuyo!

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TRANSFIGURACIÓN. 06.08.2023

Señor Jesús, nos dices que no temamos.

Señor Jesús, nos dices que no temamos.

Pero somos demasiado humanos…

Nos dan miedo tantas realidades tan necesarias, tan urgentes, tan imprescindibles…

Nos da miedo la fraternidad real dentro y fuera de la Iglesia.
Nos da miedo la igualdad real dentro y fuera de la Iglesia.
Nos da miedo la libertad dentro y fuera de la Iglesia.
Nos da miedo la horizontalidad de las relaciones y de los procesos.

Nos da miedo salir de dónde estamos camino de lo mejor que está por llegar.
Nos da miedo salir hacia nuevas posibilidades de existencia humana tan imperiosas y necesarias.
Nos da miedo salir hacia nuevas e inéditas experiencias de vida humana tan necesarias en ente mundo sediento de sentido y de humanidad.

Nos da miedo comprometernos en la gestación de otras familias, otros grupos humanos, otras políticas, otras sociedades y otras culturas tan necesarias y urgentes.
Nos da miedo involucrarnos en las exploraciones para otra Iglesia, otras estructuras eclesiales y otras parroquias
Nos da miedo perder referencias muy claras y muy sistematizadas.

Nos da miedo expandir nuestras capacidades humanas y espirituales.
Nos da miedo reconocernos seres de pensamientos, palabras u obras repetitivos, manidos… baldíos.
¡Nos da miedo crecer como seres humanos, como seres humanos espirituales, como seres humanos enamorados de Ti!

Señor Jesús, nos dices que no temamos.

Pero nos da miedo el dolor de la conversión porque sabemos que nos relacionamos contigo del mismo modo que nos relacionamos con las personas que la vida nos pone por delante…¡Que Tú nos pones por delante!

Señor Jesús, nos dices que no temamos.

Pero somos demasiado cómodos…
Nos da miedo mostrar lo que queremos ser, testigos de la alegría del Reino.
Nos da miedo irradiar la auténtica fecundidad humana del Evangelio.
Nos da miedo afrontar tantos y tantos desafíos en este mundo roto…
que imposibilita la fraternidad con la idolatría del individualismo,
que asola la casa común con la idolatría de lucro a toda costa,
que hace de los seres humanos meros consumidores de tanta y tanta toxicidad.

Señor Jesús, nos dices que no temamos.

Pero nos da miedo contemplar en serio la realidad como Tú lo hiciste…
Nos da miedo conmovernos como Tú te conmoviste…
Nos da miedo acercarnos con manos compasivas como tú te acercaste a la humanidad doliente.

Señor Jesús, nos dices que no temamos.

¡Transfigúranos:
vertébranos,
empodéranos…
que no nos dé miedo que de verdad de las verdades
seas nuestros Señor y Salvador!

Señor Jesús, nos dices que no temamos.

¡Transfigúranos:
aliéntanos,
acompáñanos
con tu presencia en nuestros corazones,
en nuestras miradas,
en nuestras palabras!

Señor Jesús, nos dices que no temamos.
¡Transfigúranos
para que nos acerquemos
al sueño que tienes para cada uno de nosotros!

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 17. 30.07.2023

La prioridad de las prioridades

Señor Jesús, Tú, el tesoro inimaginable.
Señor Jesús, Tú, la prioridad de prioridades.
Señor Jesús, Tú, asombro de un amor.

Señor Jesús, Tú, la estrella polar universal.
Señor Jesús, Tú, el sentido de los sentidos.
Señor Jesús, Tú, lo esencial de lo esencial.

Señor Jesús, Tú, lo urgente de las urgencias del corazón.
Señor Jesús, Tú, fascinación de las fascinaciones.
Señor Jesús, Tú, la verdad de las verdades.

Señor Jesús, Tú, lo importante de las importancias.
Señor Jesús, Tú, lo crucial de la vida humana.
Señor Jesús, Tú, el fundamento de las biografías.

Señor Jesús, Tú, el aliento de los exploradores de la existencia
Señor Jesús, Tú, lo sustancial de la vida espiritual.
Señor Jesús, Tú, lo indispensable del Reino.

Señor Jesús, Tú, la alegría de las alegrías.
Señor Jesús, Tú, el amor sobre todo amor.
Señor Jesús, Tú, lo inherente a cualquier valentía.

Señor Jesús, Tú, la paz del corazón.
Señor Jesús, Tú, lo vital de cualquier circunstancia.
Señor Jesús, Tú, lo decisivo en el peregrinar.

Señor Jesús, Tú, el agua inagotable.
Señor Jesús, Tú, la luz amorosa.
Señor Jesús, Tú, la energía benéfica.

Señor Jesús, Tú, el mapa imborrable.
Señor Jesús, Tú, la casa de la felicidad.
Señor Jesús, Tú, el hogar de los corazones heridos.

Señor Jesús, Tú, la palabra definitiva.
Señor Jesús, Tú, lo principal de la Iglesia.
Señor Jesús, Tú, el fundamento del universo.

Señor Jesús, Tú, razón de nuestro existir.
Señor Jesús, Tú, vida de la vida nueva.
Señor Jesús, Tú, raíz de la ansiada fraternidad.

Señor Jesús, Tú, fuente de nuestra radical esperanza.
Señor Jesús, Tú, entraña de nuestra fe.
Señor Jesús, Tú, médula de cualquier misericordia.

Señor Jesús, Tú, modelo del cuidado de la vida humana.
Señor Jesús, Tú, maravillosa solidaridad de Dios
Señor Jesús, Tú, la verdad de Dios y del hombre.
Señor Jesús, Tú, el consuelo de nuestros corazones fragmentados.

Señor Jesús, Tú, la primacía de la salvación.
Señor Jesús, Tú, lo primordial del perdón.
Señor Jesús, Tú, evangelio de Dios para los sedientos de la auténtica vida.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 16. 23.07.2023

Humildad de la semilla de mostaza

Señor quisiera ser más humilde, más sencillo, más pobre de corazón…
¡Señor, tú eres el protagonista de la salvación!

Señor, que sea más humilde: que deje que las cosas pasen…
tantas y tantas veces mi ego se entromete donde no le llaman.
¡Señor, tú cuidas de nosotros mejor que nosotros mismos!

Señor, que sea más humilde: que acepte las intuiciones de comunión con los demás y con todo lo viviente…
tantas y tantas veces me creo mejor y por encima de lo que tengo delante.
¡Señor, sólo tú eres santo!

Señor, que sea más humilde: que actúe desde lo mejor de mi corazón…
tantas y tantas veces me pueden mis sesgos, mis heridas, mis negatividades.
¡Señor, sólo tú tienes miradas de vida eterna!

Señor, que sea más humilde: que esté presente a lo mejor de la realidad en cada momento…
tantas y tantas veces me vence la avidez y el egocentrismo.
¡Señor, sólo tú mereces la pena de verdad…!

Señor, que sea más humilde: que sea consciente de mis tendencias a la conflictividad…
tantas y tantas veces deseo imponerme como sea sobre los demás.
¡Señor, sólo tú eres la paz sobre toda paz!

Señor, que sea más humilde: tantas y tantas veces juzgo, interpreto, doy por supuesto…

Señor, que sea más humilde: que llegue a amar sin la expectativa de que algo retorne.

Señor, que sea más humilde: que sea un instrumento de tu reino.

Señor, que sea más humilde:
que supere mis enfados,
que supere mis miedos irracionales,
que supere mis deseos de control.

Señor, que sea más humilde:
que me ría mucho más de mí mismo,
que me tome mucho menos en serio a mí mismo y mis ocurrencias,
que no me crea todo lo que pienso como si fuera un genio incomprendido.

Señor, que sea más humilde:
que pida disculpas primero,
que no guarde recuerdo de los rasguños de la vida,
que me abra cada vez más al misterio de la vida,
que me abra cada vez más al misterio del ser humano,
que me abra cada vez más a tu misterio de vida y amor.

Amén.
Aleluya.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 15. 16.07.2023

Te damos gracias, Dios Padre bueno, por tantos dones.

Asombrados, reconocemos que estamos implantados en un fascinante despliegue de energía que nos impele hacia una plenitud que no podemos nombrar ni apenas intuir pero del que hablan los grandes místicos de la humanidad con sus metáforas deslumbrantes y sus vidas ejemplares.
Nos duele el hecho de que muchos de nuestros contemporáneos vivan desorientados y lamenten el hecho de haber nacido… no han encontrado maestros de espiritualidad que les ayuden a descubrir tu presencia y tu insistencia.

Te damos gracias, Dios Padre bueno, por el don de la vida.
Somos conscientes del misterio que compartimos con todos los seres vivos: es un inmenso derroche de poder y de creatividad que se abre paso con una fuerza y una sabiduría que sólo puede provenir de ti.
Nos duele el poco cuidado de la creación, el daño codicioso a tantos y tantos seres vivientes, el idólatra sentido de dominio para ganar dinero que acaso nos lleve a un colapso y a un sufrimiento inimaginable.

Te damos gracias, Dios padre bueno, por el don de ser seres humanos.
Nos reconocemos hermanos de todos los hombres, sea cual sea su condición y circunstancia secundaria mucho más allá de las barreras culturales, religiosas, ideológicas, sociales…
Nos duele que tantos y tantos no vean reconocidos sus derechos humanos y experimenten sufrimientos claramente evitables, hechura de idólatras manos humanas.

Nos has dado el don de la capacidad religiosa.
Con tantos y tantos desde los orígenes de la humanidad nos sabemos en camino de crecimiento espiritual y de madurez humana. Cristo, tu hijo es nuestra luz, nuestro camino, nuestra verdad que nunca nos deja solos con su presencia constante de resucitado en nuestro corazón, en nuestra vida, en nuestras comunidades, en nuestras diócesis, en la Palabra de Dios, en los sacramentos, en la multiforme vida de la Iglesia.

Y nos sabemos en comunión con todos los hombres y mujeres religiosos, en ese camino fascinante de santidad y justicia que los mejores nos indican de palabra y de obra. Sí, Padre, tu semilla fructifica en todas las mujeres y en todos los hombres de buena voluntad que irradian santidad, bondad, cuidado de la vida y de a fraternidad. En todos los que palían el hambre y sed de justicia que tantos tienen hoy en día.

Te damos gracias, Dios Padre bueno, por tantos dones.
Sabemos que nos acompañas en la tarea de evangelizar, en la tarea de ser samaritanos, en la tarea de mostrar misericordia, en la tarea de mostrar caminos, en la tarea de crear novedades, en la tarea de ser testigos de la alegría de salvación.

Gracias, gracias, gracias.
Aleluya, aleluya, aleluya.
Amén. Amén. Amén.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 14. 09.07.2023

Venid a mí los que estáis cansados y agobiados que yo os aliviaré.

Señor Jesús, estoy cansado de mis miedos.

Señor Jesús, estoy cansado de mi rabia.

Señor Jesús, estoy cansado de mi soberbia que desprecia.

Señor Jesús, estoy cansado de mis ensoñaciones y fantasías.

Señor Jesús, estoy cansado de mi terquedad.

Señor Jesús, estoy cansado de querer imponerme, pase lo que pase.

Señor Jesús, acudo a ti, cansado de mí mismo.

Señor Jesús, hazme manso y humilde de corazón.

Señor Jesús, hazme clemente y misericordioso en mi día a día.

Señor Jesús, hazme bondadoso y justo en mis relaciones con los demás.

Señor Jesús, hazme cuidadoso y paciente en mis palabras y en mis obras.

Señor Jesús, hazme sencillo y empático en mis vínculos cotidianos.

Señor Jesús, hazme limpio de corazón.

Señor Jesús, transparenta en mi la fuerza de tu amor.

Señor Jesús, que alivie cargas a los que me rodean.

Señor Jesús, que siembre paz silenciosamente.

Señor Jesús, que construya comunidad
escuchando,
acogiendo,
acompañando…

Amén.

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 13. 02.07.2023

Señor Jesús: los apegos nos atan.
Lo sabemos muy bien.
Nos atan nuestros bienes ideológicos y emocionales.
Nos atan nuestros refugios en las riquezas y en las relaciones.
Nos atan nuestras raíces y nuestras identidades.
¡Sólo tú puedes liberarnos de nuestras filias tan humanas…
tan demasiado humanas
que nos blindan bolsillos, cabeza y corazón!

Señor Jesús: la falta de confianza nos bloquea.
Lo sabemos muy bien.
No discernimos: repetimos y repetimos.
Año tras año.
No creamos: reiteramos y reiteramos.
Liturgia a liturgia.
No nos abrimos: nos encerramos y nos encerramos.
Día a día… año a año.
Y nos agotamos por la falta de luz,
de aires nuevos,
de vitalidad del Espíritu.

Señor Jesús: sin darnos cuenta nos deslizamos a un cristianismo sin cruz,
a un cristianismo que nos hace creernos vivir en una santa comodidad,
comodidad sin cruz.
A un cristianismo que nos hace vivir sin la tensión de evangelizar en serio,
evangelizar sin cruz.
A un cristianismo de palabras vacías, insignificantes, viejas.
A un cristianismo que no llama a jugarse la vida realmente
para que todos tengan vida y vida en abundancia.

¡Señor Jesús,
sólo tú puedes aumentarnos la fe
que nos abre a la aventura de la libertad de los hijos de Dios!

¡Señor Jesús,
que no rehuyamos los conflictos
a la hora de discernir los caminos a los que nos llamas,
las exigencias concretas que nos pones por delante,
las grandes obras a las que estamos llamados!

¡Señor Jesús, enraizados en ti,
queremos crecer como como hijos e hijas de Dios,
crecer como audaces testigos de que otra cultura es posible,
otra Iglesia es posible,
otra humanidad es posible!

carmeloampelio@gmail.com

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ORACIÓN INSPIRADA EN LAS LECTURAS DEL DOMINGO. CICLO A. TIEMPO ORDINARIO 11. 18.06.2023

Señor Jesús, nos faltan palabras
para darte gracias por tu llamada
a cada uno de nosotros
por nuestro nombre propio!…
¡tantas y tantas veces sentimos
que nuestra fe es débil
y nuestro compromiso poco consistente!
Aún así nos sentimos asociados
en la fe y en la vida
de tantos profetas,
de tantos enviados,
de tantos misioneros
que, con su vida, han cantado
la grandeza de tu amor,
de tu presencia,
de tu salvación.

Señor Jesús,
tu Espíritu sigue llamando,
con esa sabiduría que tanto y tanto
nos desconcierta,
a toda clase de servidores
para sembrar vida en abundancia,
para sanar los quebrantos de tantos corazones,
para generar paz y comunión
donde los odios humanos
destrozan la belleza de la vida.
Quisiéramos salir aún más de nuestras cómodas rutinas,
abandonar los rincones cálidos donde nos refugiamos,
abrir nuestras vidas y nuestros grupos a cualquier ser humano
necesitado de luz, compañía, fraternidad…
justicia humana y abrazo de fraternidad…
a tantos y tantos humanos necesitados de procesos
de escucha,
de rehabilitación,
de encontrar sentido
en este extraño mundo que nos toca vivir.

Señor Jesús, que estás tan presente
en nuestro interior
y en todas las personas
con las que nos encontramos en la vida,
haznos mejores testigos de la fe en ti
con nuestras presencias,
nuestras palabras,
nuestras obras.
¡Haznos más Iglesia,
haznos más eficaces,
haznos mas significativos!

Señor Jesús, haz que nos tomemos más en serio nuestra fe.
Señor Jesús, haz que nos tomemos más en serio tus mandatos.
Señor Jesús, haz que nos tomemos más en serio
la confianza que depositas en nosotros.

Señor Jesús, que caminas con nosotros
en nuestros compromisos,
haznos mejores misioneros,
que no seamos indiferentes
a las necesidades reales
de la sociedad y la cultura en la que vivismos,
que tengamos la sensibilidad y la valentía
del Buen Samaritano.

Señor Jesús,
santificados y habilitados por tu gracia,
alzamos nuestra mente y nuestro corazón
con las palabras del salmista:
¡sirvamos al Señor con alegría!
¡sirvamos a la humanidad con alegría!

carmeloampelio@gmail.com

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