IBAN: ES56 0237 0330 1091 5680 4577
BIZUM: 01212
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BIZUM: 01212
Para hacer DONATIVOS a tu parroquia por
nº 01212
EN EL NOMBRE DEL PADRE, DEL HIJO Y DEL ESPÍRITU SANTO.
En el nombre de la acogida sin límite, de la entrega sin límite y de la gracia sin límite.
En el nombre de la bendición permanente, de la libertad humanizante y de la confianza fundante.
En el nombre de la bondad infinita, de la certeza serena y del encanto enamorado.
En el nombre de la compasión restituyente, del humanitarismo empático y de la unificación absolutamente inclusiva.
En el nombre de la consistencia inagotable, de la insistencia amorosa y de la genialidad inabarcable.
En el nombre de la creatividad vivificante, de la intuición compasiva y de la inspiración inabarcable.
En el nombre de la divinidad fascinante, de lo más humano de lo humano y del que siempre enamora.
En el nombre de la existencia sin fin, de la solidaridad sin fin y de la comunión sin fin.
En el nombre de la fuente de santidad, del camino de humanidad y de la energía desbordante.
En el nombre de la inclusión sanante, de la diferencia libertaria y de la diversidad fascinante.
En el nombre de la inventiva amorosa, de la clarividencia cordial y de la genialidad irresistible.
En el nombre de la libertad alegre, de la alegría libre y del juego creativo.
En el nombre de la madre nutricia, la benevolencia enriquecedora y la fraternidad autentificante.
En el nombre de la protección indudable, de la bendición personalizada y de los vínculos gratificantes.
En el nombre de la plenitud de las plenitudes, del vaciamiento por amor, del silencio vibrante.
En el nombre de la presencia silenciosa, la presencia que enseña y de la presencia que susurra sabiduría.
En el nombre de la confianza esencial, de la palabra auténtica y del corazón palpitante sin descanso.
En el nombre de la santidad de las santidades, de la humanidad de la humanidad, del amor del amor.
En el nombre de la santidad, de los seres humanos y del misterio.
En el nombre de la ternura , de la fraternidad y de la conspiración.
En el nombre de la unidad de las unidades, del vínculo de los vínculos, de la diversidad de las diversidades.
En el nombre de la vida inagotable, de la pasión por lo viviente y de la intensidad de la realidad.
En el nombre de la raíz de todo lo viviente, de la presencia del sentido de toda la realidad y del devenir más allá de lo comprensible.
En el nombre de lo constituyente inalterable , de lo tangible sacramental y de la multiplicidad de la danza cósmica.
En el nombre de quien siempre incluye, de quien siempre se acerca al diferente y del que ama la diversidad.
En el nombre del agua de toda agua, de la tierra de cualquier tierra y del viento de todos los vientos.
En el nombre del amor sobre todo amor, de las entrañas de misericordia y de la fecundidad insondable.
En el nombre de la comunión que imanta, de la misericordia que vincula y la armonía de las energías.
En el nombre del bien, de la verdad y de la belleza.
En el nombre del cimiento eterno, de la lucidez enamorada y de la espera contra toda desesperanza.
En el nombre del sustrato donde todo se implanta, de la luz que todo lo ilumina y de la utopía de lo mejor del corazón humano.
En el nombre del encuentro de todo lo que es, de la hospitalidad que siempre alimenta y de la fiesta de toda vida.
En el nombre del fundamento sereno, de la sensibilidad empática y del impulso hacia lo mejor de cada uno.
En el nombre del manantial, del peregrino y de la vivacidad.
En el nombre del mar, de la tierra y del viento.
En el nombre del misterio cercano, del cuidado constante, del ímpetu inagotable.
En el nombre del poder de lo real, de la intensidad de lo real, de la densidad de lo real.
En el nombre del que sale al encuentro, del que acoge entrañablemente, de la celebración incesante.
En el nombre del que siempre cuida, del que siempre ama y del que siempre vitaliza.
En el nombre del silencio, de la música y de la armonía.
En el nombre lo realmente existente, de lo realmente humano y del devenir de lo que realmente importa.
Trinidad Santa.
Luz.
Luz de luz.
Luz de las luces de la realidad.
Luz que nos busca.
Luz que nos sustenta.
Luz que nos crea y recrea y plenifica.
Santa Trinidad.
Alabanza.
Adoración.
Silencio.
Trinidad Santa.
Amén.
Amén.
Amén.
Santa Trinidad.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
Ven, Espíritu Santo, abrázanos.
Ven, Espíritu Santo, ábrenos.
Ven, Espíritu Santo, afiánzanos.
Ven, Espíritu Santo, afínanos.
Ven, Espíritu Santo, agilízanos.
Ven, Espíritu Santo, aliéntanos.
Ven, Espíritu Santo, aliméntanos.
Ven, Espíritu Santo, armonízanos.
Ven, Espíritu Santo, céntranos.
Ven, Espíritu Santo, cohesiónanos.
Ven, Espíritu Santo, concílianos.
Ven, Espíritu Santo, consuélanos.
Ven, Espíritu Santo, conviértenos.
Ven, Espíritu Santo, cristifícanos.
Ven, Espíritu Santo, depúranos.
Ven, Espíritu Santo, desarróllanos.
Ven, Espíritu Santo, desencasíllanos.
Ven, Espíritu Santo, difúndenos.
Ven, Espíritu Santo, dignifícanos.
Ven, Espíritu Santo, divinízanos.
Ven, Espíritu Santo, ductiléanos.
Ven, Espíritu Santo, edúcanos.
Ven, Espíritu Santo, empápanos.
Ven, Espíritu Santo, empatízanos.
Ven, Espíritu Santo, empobrécenos.
Ven, Espíritu Santo, empodéranos.
Ven, Espíritu Santo, encáuzanos.
Ven, Espíritu Santo, encomuniónanos.
Ven, Espíritu Santo, energetízanos.
Ven, Espíritu Santo, engrandécenos.
Ven, Espíritu Santo, enriquécenos.
Ven, Espíritu Santo, esencialízanos.
Ven, Espíritu Santo, espárcenos
Ven, Espíritu Santo, espiritualízanos.
Ven, Espíritu Santo, exprésanos.
Ven, Espíritu Santo, fluidifícanos.
Ven, Espíritu Santo, fraternízanos
Ven, Espíritu Santo, glorifícanos.
Ven, Espíritu Santo, humanízanos.
Ven, Espíritu Santo, humildéanos.
Ven, Espíritu Santo, ilumínanos.
Ven, Espíritu Santo, increméntanos.
Ven, Espíritu Santo, inquiétanos.
Ven, Espíritu Santo, irríganos.
Ven, Espíritu Santo, libéranos.
Ven, Espíritu Santo, límpianos.
Ven, Espíritu Santo, mejóranos.
Ven, Espíritu Santo, misericordéanos.
Ven, Espíritu Santo, pacifícanos.
Ven, Espíritu Santo, perfecciónanos.
Ven, Espíritu Santo, personalízanos.
Ven, Espíritu Santo, poténcianos.
Ven, Espíritu Santo, purifícanos.
Ven, Espíritu Santo, reanímanos.
Ven, Espíritu Santo, reconcílianos.
Ven, Espíritu Santo, reconfigúranos.
Ven, Espíritu Santo, reconstrúyenos.
Ven, Espíritu Santo, refuérzanos.
Ven, Espíritu Santo, renuévanos.
Ven, Espíritu Santo, restitúyenos.
Ven, Espíritu Santo, reverdécenos.
Ven, Espíritu Santo, revitalízanos.
Ven, Espíritu Santo, riéganos.
Ven, Espíritu Santo, sánanos.
Ven, Espíritu Santo, sanéanos.
Ven, Espíritu Santo, santifícanos.
Ven, Espíritu Santo, sensibilízanos.
Ven, Espíritu Santo, serénanos.
Ven, Espíritu Santo, siémbranos.
Ven, Espíritu Santo, siléncianos.
Ven, Espíritu Santo, sosiéganos.
Ven, Espíritu Santo, suavízanos.
Ven, Espíritu Santo, taborízanos.
Ven, Espíritu Santo, transfigúranos.
Ven, Espíritu Santo, únenos.
Ven, Espíritu Santo, vincúlanos.
Ven, Espíritu Santo, vivifícanos.
Ven, Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo.
Ven, Espíritu Santo.
Amén.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
ESPÍRITU DE SABIDURÍA, ILUMINA LOS OJOS DE NUESTRO CORAZÓN.
Espíritu de sabiduría…
Que aceptemos sin juicio la vida de los demás. Sólo ellos saben sus batallas y sus heridas y sus fracasos.
Que acojamos a los que nos rodean para crear complicidad y empatía. Sólo ellos saben la soledad que viven y la sed que necesitan calmar.
Que alimentemos las necesidades más humanas que nos encontremos. Sólo ellos saben las frustraciones que están viviendo.
Que aprendamos de lo mejor de la humanidad en la presencia de los que nos cruzamos en la vida. Sólo ellos saben el dolor arrostran en su día a día, mes a mes, año a año.
Que bendigamos constantemente de pensamiento, de palabra y de obra. Hay demasiadas heridas y cicatrices que sanar en estos desquiciados tiempos que vivimos.
Que busquemos la comunión día a día en estos tiempos de odios vulgares y malsonantes. Sólo la fraternidad nos puede salvar.
Que captemos el palpitar más auténtico de cada persona. La auténtica vida habita en cada uno de los seres humanos.
Que comprendamos los procesos, las circunstancias, las dificultades de los más necesitados. A través de ellos Dios nos reclama lo mejor de nosotros y de lo nuestro
Que cultivemos espacios de serenidad, de silencio, de paz. Hay muchos que necesitan la quietud para poder empezar a respirar la auténtica vida espiritual.
Que dejemos espacio a los constructores de puentes, a los tejedores de encuentros, a los muñidores de destellos de esperanza. Son los que construyen las indicaciones hacia el reino de la esperanza sin fin.
Que demos confianza a pesar de los pesares, a pesar de los egoísmos, a pesar de las mentiras. Somos testigos de que siempre hay posibilidades de conectar con las energías del bien, de la belleza, de la verdad.
Que escuchemos la realidad de los cercanos. Nos la comunican con sus palabras, con sus gestos, con sus presencias… y con la verdad de su rostro.
Que facilitemos la alegría cotidiana. Muchos viven doloridos por tanto ruido, tanta inseguridad, tanta soledad.
Que fijemos los ojos en los niños. Que seamos como ellos: dispuestos a amar, dispuestos a la sorpresa, dispuestos a vivir la vida con intensidad.
Que guardemos en el corazón esos momentos donde intuimos que el reino está presente en nuestras vidas. Es muy urgente recordar a muchos contemporáneos nuestros de que la calidad humana no se pierde entre los ruidos de la gran ciudad.
Que impulsemos las asociaciones, los grupos, las colaboraciones. No podemos mejorar el mundo solos, nos podemos ser felices solos, no nos salvamos solos.
Que intuyamos la profunda comunión de todos los seres humanos más allá y más acá de cualquier sistema de fronteras, de cualquier sistema de creencias, de cualquier sistema de circunstancias superficiales y transitorias.
Que irradiemos lo que el mundo necesita: paz, confianza, comunión. Para muchos de nuestros contemporáneos somos lo más parecido a la Palabra de Dios que van a tener en sus vidas.
Que la escucha activa sea una constante en nuestras relaciones personales. Hay demasiada soledad triste en los corazones de muchas personas.
Que miremos con misericordia a los que viven desparramados, a los que viven devorando paparruchas, a los que viven muy por debajo de sus mejores posibilidades. Que seamos, humildemente, ocasión de posibilidad de crecimiento personal en sus vidas.
Que nos abramos con respeto al misterio de la vida en el rostro de los demás. Sólo ellos saben las preguntas dolorosas a las que se enfrentan.
Que nos dejemos afectar por los grandes problemas de este mundo. Que nos comprometamos a sembrar lo que puede paliar tanto sufrimiento evitable.
Que nos demos cuenta de la calidad que habita en los que luchan por la justicia, la paz y el respeto a la creación. Que veamos en ellos modelos de nuestro caminar esperanzado.
Que nos encontremos en los puentes de las mejores palabras, en los jardines de las mejores sinergias, en los huertos de los mejores artesanos de concordia. Hay muchos detalles de novedad esperanzada que están sembrados por todos los lugares de la tierra.
Que nos entendamos en el lenguaje de la unidad, en los símbolos de la comunión, en las intuiciones mejores sobre el camino hacia la plenitud que vive la humanidad. Muchos necesitan indicios de esperanza y de confianza en medio de tanta ruina.
Que nuestra presencia sincera mejore los ambientes donde estamos.
Que nuestras palabras creen comunión de verdad. Hay demasiadas mentiras siesas que nos arañan la sensibilidad.
Que nuestro deseo de fraternidad alimente lo mejor de los procesos en los que estamos sumergidos, consciente o inconscientemente. Siempre hay posibilidad para convivir en paz y en cordialidad.
Que pacifiquemos sin descanso tanta y tanta polarización desquiciada. Lo mejor de la humanidad se muestra en la serenidad de la confianza, del caminar juntos y de la colaboración en la construcción de un mundo mejor.
Que permitamos el brillo de las sonrisas, de las palabras acogedoras, de los gestos de inclusión. Muchos necesitan oír constantemente que todos, todos, todos estamos llamados al Reino de Dios.
Que sintamos la presencia inagotable de la energía que fundamenta la vida humana. Muchos necesitan saber que su miedo, su angustia y sus dolores no son la última palabra.
Que sintonicemos con las energías santas que impulsan las búsquedas de la verdad, del bien y de la belleza. Siempre hay posibilidades de conectar con la voluntad de Dios.
Amen.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
Espíritu santo, enséñanos a afrontar los retos de la evangelización en estos tiempos caóticos.
Espíritu santo, enséñanos a ajustar el tono emocional a las exigencias del entorno.
Espíritu santo, enséñanos a atrevernos de verdad a saciar la sed que habita en nuestro corazón.
Espíritu santo, enséñanos a buscar la raíz de la vida que nos da fuerzas para cuidar la vida.
Espíritu santo, enséñanos a callar misericordiosamente ante las clericaladas de clérigos desnortados.
Espíritu santo, enséñanos a captar la lentitud del crecimiento de las semillas de esperanza.
Espíritu santo, enséñanos a compartir como lo hacen los niños en su inocencia.
Espíritu santo, enséñanos a comprender con lo mejor de nuestra sensibilidad el corazón del que sufre.
Espíritu santo, enséñanos a conocernos de verdad, de verdad de la buena ante ti.
Espíritu santo, enséñanos a controlar esos impulsos que nos alejan de ti y de los demás.
Espíritu santo, enséñanos a crecer hacia es nueva infancia abierta al amor sobre todo amor.
Espíritu santo, enséñanos a cuidar de verdad la vida, toda vida.
Espíritu santo, enséñanos a cultivar nuestra inteligencia ofreciendo palabras que den esperanza.
Espíritu santo, enséñanos a decir sí como María y los grandes santos de la historia de la humanidad.
Espíritu santo, enséñanos a desear crecer en nuestra espiritualidad.
Espíritu santo, enséñanos a encontrar las palabras adecuadas que hagan sentirse en paz a los demás.
Espíritu santo, enséñanos a irradiar la paz, tu paz, la paz que sosiega los corazones rotos.
Espíritu santo, enséñanos a luchar contra cualquier sufrimiento evitable.
Espíritu santo, enséñanos a madurar como creyentes que quieren de verdad evangelizar.
Espíritu santo, enséñanos a manejarnos inteligente y amorosamente con la envida, propia y ajena.
Espíritu santo, enséñanos a mejorar sin prisa, sin pausa en la creación de novedades evangélicas.
Espíritu santo, enséñanos a mirar con misericordia tanta ignorancia que nos golpea la sensibilidad.
Espíritu santo, enséñanos a poner amor sin racaneos.
Espíritu santo, enséñanos a saber soportar las tensiones con fortaleza.
Espíritu santo, enséñanos a saborear la poesía de la sensibilidad de lo mejor del corazón humano.
Espíritu santo, enséñanos a salir de nuestros cajones de seguridad, de rigidez, de control.
Espíritu santo, enséñanos a ser asertivos, amorosa e inteligentemente asertivos.
Espíritu santo, enséñanos a ser conscientes del impacto emocional de lo que decimos y hacemos.
Espíritu santo, enséñanos a ser humildes, realmente humildes de pensamiento, palabra y obra.
Espíritu santo, enséñanos a ser líderes que sirven a mejorar la realidad donde vivimos.
Espíritu santo, enséñanos a ser lúcidos buscando lo mejor en estos tiempos extraños.
Espíritu santo, enséñanos a ser maestros de la empatía y de la serenidad.
Espíritu santo, enséñanos a ser perseverantes en las tareas del amor fraternal.
Espíritu santo, enséñanos a silenciarnos piadosamente ante el misterio de la vida.
Espíritu santo, enséñanos a sosegar nuestro ego en los fracasos.
Espíritu santo, enséñanos a sosegar nuestro ego en los triunfos.
Espíritu santo, enséñanos a tener la paciencia de los árboles.
Espíritu santo, enséñanos a tener un sentido del humor integrador.
Espíritu santo, enséñanos a tener una presencia que genere comunión por encima de las diferencias.
Espíritu santo, enséñanos a vivir en la sana autoestima de la humilde búsqueda de la verdad.
Espíritu santo, enséñanos el amor de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos el silencio de los que tienen sed de santidad en su día a día.
Espíritu santo, enséñanos la belleza de la ternura que salva al mundo.
Espíritu santo, enséñanos la bondad sin límites del Padre del hijo pródigo.
Espíritu santo, enséñanos la comunión infinita de los santos de toda la humanidad.
Espíritu santo, enséñanos la entrega de los misioneros que están donde nadie quiere estar.
Espíritu santo, enséñanos la escucha sin tiempo, la escucha que sabe acoger sin canonicismos.
Espíritu santo, enséñanos la fraternidad que brota del compartir mesa y misa.
Espíritu santo, enséñanos la insensatez de los enamorados de lo santo.
Espíritu santo, enséñanos la inteligencia de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la justicia del Reino, la justicia de la misericordia.
Espíritu santo, enséñanos la justicia que transforma la dureza de corazón.
Espíritu santo, enséñanos la libertad de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la religiosidad de los hijos de Dios.
Espíritu santo, enséñanos la sabiduría de la vejez que se deja cuidar.
Amén.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.
AMAOS
AMAOS
Señor, que bebamos de la misma fuente.
Señor, que caminemos juntos.
Señor, que compartamos las alegrías y las penas.
Señor, que nos acojamos.
Señor, que nos acompañemos.
Señor, que nos alegremos la vida.
Señor, que nos amemos.
Señor, que nos apoyemos.
Señor, que nos corrijamos fraternalmente.
Señor, que nos cuidemos con ternura
Señor, que nos dejemos amar por los demás.
Señor, que nos descubramos mutuamente instrumentos de tu salvación.
Señor, que nos escuchemos.
Señor, que nos favorezcamos.
Señor, que nos fundamos en el mismo espíritu.
Señor, que nos hablemos con delicadeza.
Señor, que nos protejamos.
Señor, que nos reconozcamos miembros del Reino de Dios.
Señor, que nos respetemos.
Señor, que nos seamos leales.
Señor, que nos sintamos comunidad.
Señor, que nos sirvamos.
Señor, que nos socorramos.
Señor, que nos tratemos bien.
Señor, que nos tratemos como hijos de Dios.
Señor, que nos valoremos desde lo mejor de nuestros corazones.
Señor, que seamos amigos.
Señor, que seamos compasivos unos con otros.
Señor, que seamos mutuamente benevolentes.
Señor, que seamos uno.
Señor, que unifiquemos el corazón hacia ti.
Señor, que vivamos en fraternidad.
Señor, que vivamos en la caridad.
Señor, que seamos signos vivos de tu amor.
Amén. Aleluya. Aleluya. Aleluya.
ESPÍRITU DIVINO
Espíritu Divino, más interior en nosotros que lo más íntimo de nuestro ser.
Espíritu Divino, tan inaccesible e incomprensible con nuestras fuerzas.
Espíritu Divino, tan accesible y tan comprensible con la mirada de fe, de esperanza y de caridad.
Espíritu Divino, que nos vivificas momento a momento con la santidad .
Espíritu Divino, que nos guías como un padre y una madre sabios y bondadosos.
Espíritu Divino, que nos ofreces constantemente la sabiduría de la misericordia.
Espíritu Divino, que nos alimentas día a día con la fortaleza de la fe.
Espíritu Divino, que nos cuidas sin descanso con la energía de la esperanza.
Espíritu Divino, que vives en nosotros inquietando nuestro corazón hasta que descansemos en paz.
Espíritu Divino, que nos permites vivir la experiencia de la presencia de Cristo en la realidad que vivimos.
Espíritu Divino, que nos fecundas para que el evangelio sea letra viva en nuestros pensamientos, palabras y obras.
Espíritu Divino, que nos iluminas siempre, siempre, siempre.
Espíritu Divino, que haces que la Iglesia sea sacramento universal de v ida nueva.
Espíritu Divino, que santificas la autoridad convirtiéndola en servicio.
Espíritu Divino, que haces fructificar asombrosamente las semillas del reino.
Espíritu Divino, que transfiguras los lutos de las maldiciones de la vida en danzas de libertad y alegría.
Espíritu Divino, que habitas en el corazón de todos los seres humanos.
Espíritu Divino, que enciendes los corazones de los que caminan con hambre y sed de amor.
Espíritu Divino, que nos llamas a la vida espiritual sea cual sea nuestra dedicación en la vida.
Espíritu Divino, que eres capaz de iluminar los más oscuros recovecos de la biografía de las personas.
Espíritu Divino, que nos circundas, nos enraízas y nos elevas para ser hijos de Dios.
Espíritu Divino, que consigues que cada ser humano sea templo viviente de la divinidad.
Espíritu Divino, que nos revistes de humanidad fraterna y solidaria.
Espíritu Divino, que nos das la paz, tu paz, la santa paz.
Espíritu Divino, aliento de los alientos en el cuidado de la vida.
Espíritu Divino, significado de los significados de las mejores búsquedas de la verdad, el bien y la belleza.
Espíritu Divino, energía que dinamizas los dinamismos de dinamismos de la realidad cósmica.
Espíritu Divino, inteligencia de las inteligencias de los mejores de la humanidad.
Espíritu Divino, armonía de las armonías en el misterio de la densidad e intensidad de lo real.
Espíritu Divino, comunión de las comuniones de los santos de todas las épocas y religiones.
Espíritu Divino, espléndido en todos los dones con los que nos encargas la tarea de santificar el mundo.
Espíritu Divino, fuente del mayor consuelo.
Espíritu Divino, abrazo de la divinidad que transfigura inalterablemente nuestra humanidad.
Espíritu Divino, alúmbranos.
Espíritu Divino, ábrenos el corazón.
Espíritu Divino, desciéganos de nuestro ego.
Espíritu Divino, impélenos.
Espíritu Divino, encamínanos.
Espíritu Divino, oriéntanos.
Espíritu Divino, edúcanos.
Espíritu Divino, aconséjanos.
Espíritu Divino, pastoréanos.
Espíritu Divino, ábrenos caminos.
Espíritu Divino, haznos valientes.
Espíritu Divino, humanízanos.
Espíritu Divino, mejóranos.
Espíritu Divino, santifica a toda la humanidad.
Espíritu Divino, santifica a toda la Iglesia, a todas las iglesias, a todos los cristianos.
Espíritu Divino, santifica a todos los obispos, a todos los cardenales.
Espíritu Divino, santifica especialmente al nuevo Papa León XIV.
CRISTO RESUCITADO
Cristo resucitado,
que fundamentas
todo lo que ocurre
en todos los niveles de la realidad:
nos gustaría confiar más
en tu deseo de vida
en abundancia para todos los vivientes.
Cristo resucitado,
que impeles
los dinamismos
de toda la realidad:
quisiéramos acercarnos
a comprender algo de tu misterio
que nos acompaña día a día
en nuestra sed,
en nuestras luces,
en nuestro humano vivir.
Cristo resucitado,
que posibilitas
la apertura a la santidad
de todos los seres humanos:
muéstranos los mejores caminos
para que tu amor sane
los corazones malheridos
en las miserias humanas,
demasiado humanas.
Cristo resucitado,
que vivificas nuestras sombras,
nuestras laceraciones,
nuestras penas
tan hondas,
tan dolorosas,
tan tristes
quisiéramos reconocerte
en los pequeños signos de esperanza
que los sembradores de misericordia
implantan en nuestras vidas.
Cristo resucitado,
que saneas
lo que parecía sin arreglo:
ábrenos el entendimiento del corazón
para que nunca perdamos la esperanza
en los seres humanos que nos rodean.
Cristo resucitado,
que alzas,
que elevas,
que estimulas:
danos audacia para
sumarnos a los mejores
en la construcción de ese mundo mejor
que tanto y tanto necesitan
los arrojados en los márgenes de la historia.
Cristo resucitado,
que aúnas,
que empastas,
que alimentas
los procesos de comunión
en la historia de los esfuerzos
de los constructores
de la nueva humanidad:
danos constancia para seguir aportando
inteligencia y amor en los lugares
donde nos comprometemos
con el Reino de Vida,
tu Reino de Vida. .
Cristo resucitado,
que dejas espacio
para que colaboremos contigo
en el crecimiento
del amor,
de la libertad
y de la santidad:
ilumina nuestras mentes
y nuestros corazones
para mejorar constantemente
nuestras presencias,
nuestros mensajes,
nuestras acciones.
Cristo resucitado,
fascinante fuente de misericordia.
Cristo resucitado,
rostro de los rostros de la bondad.
Cristo resucitado,
sabiduría santa.
Danos audacia
y valentía
para seguirte
ahora y siempre.
Amén.
Aleluya.
Aleluya.
Aleluya.